Me he puesto a mirar mis viejos papeles, aquellos que ya amarillean por el paso del tiempo... arrugados todos ellos, porque en aquellos días creía que no valían nada y no merecían estar entre algodones y me he dado cuenta de que tengo todo lo necesario para poder escribir un libro de tristezas...
A veces no dejo de preguntarme para qué escribo y para quién... no sé si esto que pongo aquí es leído por alguien.
Y sólo veo, palabras, muchas palabras encadenadas y una fecha debajo de cada papel.
Pero hay tanto dentro, hay mucho, mucho...
Escribo porque es una necesidad, como la de respirar, como la de comer y la de beber.
Escribo... por no hablar y que nunca quede olvidado lo hablado... el papel, sabe guardar la memoria y mucho más.
Y escribo porque eso que dejo plasmado es mi sentir, para no callarme, ni acallar mi alma.
Lo hago porque puedo hacerlo, así el día de mañana cuando las canas y las arrugas hagan mella de mi cuerpo, cuando la vejez me deje arrinconada en el tiempo, cuando envejezca de tanta tontería que algunas veces me preguntaron y tantas tonterías que en esos momentos contesté... me ría.
Mi alma se alivia cuando escribo y siempre lo hago por la noche, sabiendo que nada puedo esperar, sino solo sueños, alguna llamada de teléfono extraviada, las sábanas de mi cama... el orden de siempre.
Y aún así, cuando sé que solo puedo esperar la rutina en la que se ha convertido mi vida, sigo esperando, esperando a que alguien me encuentre cubierta de harapos de soledad.
Últimamente nada de lo que suelo escribir merece la pena y es que todo parece lo mismo; así que últimamente, pierdo el tiempo mirando ese fondo en blanco que existe cuando abro ese documento de word, escribiendo cosas sin sentido y arrugando pensamientos que observándolos me dan miedo.
Y ya es la hora de preguntarme... ¿qué me propongo? ... borrar una y mil veces y volver a escribir, como queriendo cambiar la historia aún a sabiendas de que no puedo hacerlo, ahí está y nada se puede borrar ya.
Desearía poner una pequeña dosis de amnesia en esos recuerdos que duelen y me parten el alma.
A veces me han dicho que tengo la cabeza en la luna, o como una vez me pusieron en un blog...que no era más tonta porque no entrenaba... tan sólo por poner unas palabras escritas, unas palabras nacidas de mi interior... quizás esa persona nunca supo comprender que se siente cuando dejas parte del alma aquí, abrazada por letras, encadenadas en palabras... , no, yo no creo que sea así, yo tan sólo creo que la luna está en mi cabeza, llena de sueños y fantasías de los demás, porque las hago mías cuando las escribo y aunque sea yo las que las siente, sé que también habrá por algún lugar, alguien que sienta lo mismo que yo y no puede expresarlo o decirlo como lo hago yo.
Y así me desnudo... con letras...
Tal vez nunca me puedan conocer en persona, tan sólo algunos lo haran por unas fotografías.
Jamás verá nadie mis lágrimas cuando lloro, porque más que nada, son mías, me pertenecen y nadie tiene el porqué verlas, porque soy esa demente que se transforma en una mujer ágil, viva, que sale a diario a la calle intentando mirar el mundo sin percatarme de que el mundo está demasiado lejos para mí, pero intento vivir o como otros dirían... sobrevivir...
Me siento bien siendo como soy, vistiendo con mis pantalones vaqueros, con mis faldas cortas ( aunque no tenga ya edad para ello), así es como únicamente me siento en libertad... siendo yo misma.
Me siento bien dejándome inspirar por un principe azul que tan sólo encuentro en mis sueños.
Me siento bien, sí, escribiendo palabras que son mis sentimientos.
Sólo soy una mujer que necesita que la cojan de la mano en este mundo imperfecto para no volver a caminar a solas por las calle de una ciudad.. que muchos no ven porque andan caminando demasiado aprisa por la vida.
Y solamente mis sueños se cumplen... en mis sueños.
